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Mostrando entradas de abril, 2020

La que se nos viene encima

El tsunami vírico ha sembrado la desolación, y ahora llegan sus réplicas. No tienen que ver (solo) con un rebrote de la enfermedad a poco que nos descuidemos, sino con una crisis política y económica de proporciones inimaginables. Nadie parece estar a la altura. Nadie es capaz de poner en valor las condiciones y circunstancias de una España que se mira en el espejo tan desconcertada como incapaz de autoanalizarse con un mínimo de objetividad. ¿Y el Gobierno?, preguntarán ustedes. Y por lo que a mí respecta he de contestarles que el Gobierno sigue desacertado y sobrepasado. Es cierto que el Gabinete presidido por Sánchez puede reclamar para si la calificación de “lo menos malo”, en comparación con una oposición desleal, demagógica e inútil. Sin embargo, para afrontar un desafío como el que plantea la pandemia, hará falta algo más que justificar lo regular o malo por comparación con lo peor. Mala suerte, desde luego. El actual Ejecutivo español acababa de constituirse después de un

Internet no es la realidad, pero la condiciona

Estamos acongojados, inquietos siempre y enfadados a menudo. Nos ataca una enfermedad nueva, desconocida, sin una cura determinada, caprichosa en sus efectos, letal a veces, asintomática otras, de muy fácil contagio y una extraordinaria vocación globalizadora. Pero esa pandemia se ha convertido no tanto en un problema sanitario y científico, sino en una cuestión de orden político, económico y sociocultural. En España, tan perdida de antes en su propio laberinto, el Covid 19 ha impactado en la línea de flotación del Sistema (con mayúscula). El golpe, inesperado y brutal, está generando su propia realidad. Y como todo sucede bajo el signo de Internet y en un contexto muy mediatizado por la telecomunicación digital, ya no sabemos si esa realidad es una especie de ciberconstructo o algo más “natural”, más razonablemente analógico (por decirlo de alguna manera). De ahí que los apasionados por estas cuestiones volvamos una y otra vez sobre un dilema que tampoco es nuevo: ¿son las cosas,

Desescalada en el país de los bares y las playas

Desde que la pandemia llegó y se desbordó en España (pero de manera asimétrica, pues el impacto ha sido muy distinto en unos lugares que en otros), todos hemos ido dando tumbos, enredados en dos principios contradictorios: acudir al confinamiento para reducir la mortandad y evitar que el sistema sanitario colapsara, o mantener a cualquier precio la actividad para eludir un desplome económico que nos dejase en la ruina. El Gobierno, la oposición, los medios, los sindicatos, las patronales y la ciudadanía en general ha ido de una cosa a la otra sumergida en la contradicción. Desde el doctor Simón hasta cualquiera de los bocazas que utilizan las redes para agitar la bronca, nadie se ha librado de decir una cosa hoy y mañana su contraria. Los que saben, porque su conocimiento no incluía las características de un virus tan imprevisible como el Covid 19; los ignorantes, porque no han captado en ningún momento la terrorífica dimensión de esta catástrofe. Lo cual, por cierto, ha pasado en t

Los muy españoles no lo son tanto

Si de algo están sirviendo las reuniones virtuales del presidente y los ministros del Gobierno de España con sus homólogos de las comunidades autónomas es para detectar que, sin duda alguna, este es un país de países donde cada cual quiere hacer de su capa un sayo. Por empacho de identidad diferenciada, por interés político o fiscal o por puro oportunismo, aquí hay muchos más micronacionalismos o subnacionalismos o como quieran ustedes llamarlos; muchos más, al margen de los que suelen dar que hablar, el catalán y el vasco. Desde la práctica totalidad de los territorios que integran el Estado, las instituciones propias pugnan una y otra vez con la Administración central. Torra y Urkullu, por supuesto. Pero también Ayuso o Feijóo o García Page o López Miras, el murciano. Van a lo suyo, por muy españoles que se proclamen, porque son del PP y quieren joder al Gobierno, porque son del PSOE pero no están en la onda de Sánchez y porque el patriotismo empieza… por uno mismo. Cada videoconf

A Franco tampoco le cuadraba del todo la Guardia Civil

(Quiénes fuimos II) Ya no habrá más uniformados en las ruedas de prensa del Equipo Técnico que coordina la respuesta a la pandemia. Y los que más se alegran de la medida no son los antimilitaristas y otros izquierdosos, sino unas derechas que estaban muy mosqueadas por tan estrecha relación entre un Gobierno “sociocomunista” y el Ejército, Policía y Guardia Civil, fuerzas armadas que los conservadores siempre han considerado cosa suya. En medio de la crisis provocada por el Covid 19, las declaraciones del general Santiago, jefe del Estado Mayor de la llamada Benemérita, levantaron ampollas al afirmar que sus unidades informáticas estaban investigando bulos y falsedades dirigidas a erosionar la imagen de las instituciones gubernamentales. En los ambientes reaccionarios aquello se interpretó como una confirmación de sus propias “fakes”, según las cuales España es ya una dictadura pseudobolivariana, una Venezuela del Mediterráneo. Pero, por Dios, decían los del PP y Vox… ¿cómo puede

El coronavirus parte a España por el eje

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Justo antes de que el Covid 19 fuese una amenaza global, cualquiera que analizase la realidad española en sus aspectos políticos, económicos o socioculturales podía detectar la inmensa fragilidad de este atolondrado país. Fragilidad no ya ante una pandemia como la que ha llegado con el 2020, sino ante la normal evolución de los acontecimientos. España era (es) un Estado sometido a fuertes tensiones internas determinadas por la polarización ideológica, por unos políticos acostumbrados a disimular su mediocridad recurriendo al oportunismo, y por la ruptura de los consensos previos como consecuencia de la crisis del 2008 y la emergencia de las tensiones territoriales (en Cataluña, pero realmente en casi todas las demás comunidades). Unamos a ello una deuda pública y privada descomunal, un aparato financiero aterrado ante los mínimos riesgos, una población poco ducha en la creatividad y el emprendimiento, un sector público no demasiado eficiente y en algunos casos muy ineficiente, una en

Disparates pandémicos, alucinaciones y “cuñadismo”

Lo del “cuñadismo”, que conste, es una importación terminológica llegada de las puñeteras redes, que son el vivero de tantos neologismo despectivos relativos a la cuestión ideológica: perroflautas, planchabragas, voximanos, boinasrroscas, feminazis y tantos más. Denominar “cuñao” a los bocazas tiene que ver, supongo, con “el Risitas” (aquel que salía en los programas de Jesús Quintero “El Loco de la Colina” y constantemente exclamaba ¡¡¡cuñaooo!!!), con las torradas que estos parientes políticos pueden soltarte en las celebraciones familiares (temibles acontecimientos que tantos divorcios han provocado), y con las frases hechas sobre maravillosas recomendaciones, inventos prodigiosos y descubrimientos sensacionales atribuidos a los hermanos de tu mujer (o de tu marido). A las cuñadas, no sé porqué, nunca se les atribuyó ese pretendido papel de oráculos. Pero… a lo que estamos. La pandemia nos colma de disparates. El que suele ser considerado hombre más poderoso del planeta, el pr

Cómo suscribirse... y alguna otra cosa más

Hola a todas/os. Como llevamos ya más de cinco mil visitas y no pocos lectores han aportado sus sugerencias, utilizamos esta entrada para intentar resolver algunas dudas. En primer lugar tenemos la cuestión de como suscribirse. Desde luego parece un poco complicado (el programa es así), pero los resolveréis siguiendo estos pasos: 1. Haz click en el botón  Suscribirse  de la cabecera. 2. Introduce tu dirección de correo electrónico. 3. Haz click en  No soy un robot . 4. Completa el "reto". 5. Haz click en  Complete Subscription Request . 6. Abre tu correo electrónico.     6.1. Si es gmail:            6.1.1. Haz click en notificaciones. Si no tienes el buzón activo, se hace así:                      6.1.1.1. Haz click en la rueda dentada (configuración).                      6.1.1.2. Haz click en  Configurar bandeja de entrada .                      6.1.1.3. Haz click en  Notificaciones .                      6.1.1.4. Presiona  Guardar .           6.1.2. Abre el último email

Gastar en “paguitas”, o en cárceles

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Una de las cosas más impresionantes que se han descubierto en la Sima de los Huesos de Atapuerca o en otros grandes yacimientos prehistóricos es la existencia muy precoz de la solidaridad entre los homínidos que nos precedieron hace cientos de miles de años. La arqueología forense ha detectado cráneos de personas (homo antecessor y luego neanderthalensis) que nacieron con serias discapacidades y sobrevivieron durante años gracias al cuidado de su clan; o tibias, peronés y fémures donde la marca de una soldadura indica que se produjo una grave fractura incapacitante, pero el individuo salió adelante porque tuvo acceso a lo que otros cazaban o recolectaban. El sapiens ha llegado hasta aquí (a lo largo de un camino sinuoso repleto de éxitos y fracasos) gracias sobre todo a una vocación social anclada en el apoyo mutuo. Sí, ha habido guerra, matanzas y contradicciones terribles; pero incluso en las peores condiciones no han dejado de producirse actos de compañerismo, momentos para compar

Demasiados muertos y demasiado barullo

Seguir la retransmisión en directo de los plenos del Congreso es hoy una tarea muy dura, una actividad de riesgo. Resulta inevitable apagar la tele cuando tu sensibilidad, tus entendederas y tus propios principios ideológicos han sido sometidos a un estrés tan intolerable que están a punto de colapsar. Porque asumiendo que estamos ante una crisis brutal e inédita, la respuesta institucional no puede ser más lamentable. Quienes aborrecemos la antipolítica y rechazamos la costumbre de culpar a los políticos de todos los males que puedan suceder estamos ahora en un sinvivir, porque España arrastra ya demasiados muertos y demasiado barullo sin que quienes dicen representarnos sean capaces de afrontar la crisis con un mínimo de eficacia, claridad, decencia y respeto a la ciudadanía. El Gobierno patina. Patinó al principio, lo cual puede ser comprensible porque la pandemia nos desbordó a todos. Pero lo malo es que sigue patinando, y se le nota. Sánchez lleva mes y medio tirando de ex

¿Y si el Covid 19 solo fuera... una opinión?

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En memoria de José María Calleja, compañero. Después de los aplausos de las ocho de la tarde, un tipo de mi vecindad lanza ardorosas arengas con su megáfono: acusa al Gobierno, pide castigo para los malvados socialcomunistas y se queja de que estos, tras haber puesto en pie un régimen tiránico, no permiten la libertad de expresión. ¡Ya está bien!, grita indignado. No es eso lo peor de sus desahogos diarios, porque luego berrea a voz en grito el “Resistiré” y asesina otras canciones impunemente, hasta que se cansa. En fin… Estos son buenos tiempos para el frikismo, la mala hostia y la sociopatía, como los son para la serena reflexión, el diálogo y la solidaridad. Lo peor y lo mejor salen a relucir en medio de las grandes catástrofes. Hoy, las contradicciones y las amenazas, el utópico “buenismo” y los dogmas “malistas”, recorren el planeta a través de Internet. Y un punto de locura flota en la atmósfera global. En EEUU los seguidores de Trump piden en las calles el fin del conf

¡Para ironías estamos!

Antiguos lectores de cuando escribía en los diarios me reclaman aquella retranca, socarronería, sarcasmo y deshueve de antes; aquel humor (incluso negro) que tanto gustaba. Yo mismo analizo esto que publico en el blog y también detecto un poso de amarga transcendencia, una irritación y un malestar impropios de un tipo tan habitualmente desahogado como este servidor de ustedes. Y no será porque falten motivos para comentar la actualidad con ironía. He leído chistosos símiles de la forma en que el presidente del Gobierno responde a lo que le preguntan (tanto da que sea en diferido o en directo) en sus charlas-ruedas de prensa. Sus circunloquios, su empeño en no contestar nada concreto e irse alejando del tema planteado hasta acabar en una reiteración de lo antes reiterado, permiten mucho cachondeo del fino y del grueso. Y no digamos las réplicas de la oposición (ultra) conservadora, sobre todo ahora que dan por hecho el inicio de un golpe de estado comunista-bolivariano, desarroll

Salud vs economía... o viceversa

Demasiado confinamiento, piensa cada vez más gente. Las radicalizadas derechas son capaces de proclamar de manera casi simultánea que es necesario tomar drásticas medidas, intensificar la cuarentena… al tiempo que lamentan la pérdida de derechos individuales y aseguran que los niños no pueden seguir metidos en casa por más tiempo o describen la situación como una especie de macroencarcelamiento anticonstitucional a partir del cual vendrá la dictadura comunista, o chavista, o vayan ustedes a saber. A su vez, Torra, en dura competencia con Junqueras, también quiere cerrarlo todo y abrirlo al mismo tiempo. El debate político, viciado por estas y otras contradicciones, impacta sobre un Gobierno dubitativo y constantemente desorientado que lleva dos meses debatiéndose entre la lógica sanitaria (una epidemia sin alternativa terapéutica solo se puede detener eliminando el contacto social) y la económica (la paralización equivale a la ruina y más en un país cuyo PIB depende en gran medida de

Mundo cruel… y mentiroso

No tengo nada claro que la cooperación científica y sanitaria esté funcionando a escala global. Más bien parece todo lo contrario. Quizás haya bonitos ejemplos de cómo algunas universidades y centros de investigación comparten datos para interpretar las claves del desconcertante coronavirus y la forma de combatirlo. Pero, en general, los países ocultan los datos relativos a la pandemia o los manipulan descaradamente; al tiempo, se reservan los recursos de que disponen sin pensar en compartirlos y ello está dando lugar a una sucia carrera especulativa en la que gobiernos, inversores, empresas distribuidoras, laboratorios y fábricas de protecciones, test y respiradores andan a la rebatiña mientras los precios se disparan. De repente, las acciones de una farmacéutica se revalorizan porque se rumorea que está desarrollando un fármaco eficaz. Las factorías chinas (tiene guasa) subastan al mejor postor sus producciones de mascarillas. Intermediarios ávidos dispuestos pescar en el río revue

Ante el COVID19 sobran las simplezas

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Conozco de primera mano varios casos en los que enfermos de coronavirus no han dado positivo en los PCRs hasta el tercer o cuarto intento. Durante días, los médicos observaban sus síntomas y daban por hecho que estaban ante la enfermedad, pero los análisis no terminaban de confirmar el diagnóstico. Y en el caso de los tests rápidos el problema se agrava. Los falsos negativos son abundantes. Es un hecho. A partir de ahí cabe deducir que controlar a los asintomáticos e incluso a quienes ya muestran signos de haber sido infectados no va a ser tan fácil. Sobre el Covid 19 se saben cada vez más cosas, pero también son muchas las que, al parecer, se ignoran o no están claras. Numerosos indicadores muestran que la pandemia actúa con voluntad expansiva y una inquietante capacidad para detectar los nichos que le son más favorables y eludir aquellos donde su efecto no sería tan letal. Los interrogantes se suceden. No solo en relación con los datos precisos sobre infectados y muertos,

Quiénes fuimos

Reaccionarios españoles: de los desastres a la retrotopía La Historia no permite anticipar ni clasificar de forma automática los acontecimientos de la actualidad. Pero en numerosas ocasiones sí es posible establecer una hilo conductor, una lógica causal, entre ciertas cosas que ocurren hoy y factores anteriores. Algunos rasgos generales de cada sociedad se explican por lo ocurrido en su pasado inmediato. En España eso es tan obvio como sugerente. Por eso, me permito abrir de cuando en cuando mi propia interpretación al respecto. Con humildad pero con cierta audacia. Tampoco voy a descubrir la pólvora. Solo les propongo lecturas de formato un poco más largo. Y si quieren aportar algo de su propia cosecha, háganlo, por favor, sin cortarse un pelo. Gracias, y aquí llega la primera entrega de “Quiénes fuimos”. La prolífica producción literaria (por llamarla de alguna manera) que todo el arco ultraconservador lanza sobre las redes sociales trae nítidos ecos del pasado. M

Entrar al trapo, o pasar del tema

En lo que se refiere a lo que podriamos denominar vertiente política de la pandemia, hemos pasado tan guapamente de lo inquietante a lo psicodélico. Se han producido serios fallos de previsión y planificación por parte de las autoridades. Ha entrado en crisis un sistema sanitario que creíamos mucho más musculoso. Ha quedado de manifiesto que la proverbial desorganización social produce una ciudadanía inactiva e individualista. Se ha percibido con meridiana claridad cuán difícil es coordinar una acción común de las distintas administraciones. El debate al respecto viene viciado por un remolino de contradicciones (pues los que quieren un confinamiento estricto mañana salen a la palestra reclamando la vuelta a los colegios o la reanudación de la actividad industrial). La comunidad científica va reaccionado como puede. Las empresas apenas han sabido hacer algo más que pedir árnica financiera sin límites a cargo del erario. Los sindicatos han desaparecido, salvo los corporativos, que se han

El virus deja en coma al periodismo

Admitamos que esta pandemia ha colisionado, en lo que a España se refiere, sobre un montón de situaciones ya muy viciadas o forzadas. Así que el encontronazo ha generado tremendas crisis a partir de las crisis previas. Y ahí vamos todos, de cráneo. Les ha pasado a los medios informativos y al periodismo en general, cuando el coronavirus ha llegado para agravar los males anteriores. Ahora, el modelo de negocio, ya resquebrajado, ha dejado de existir; la incapacidad de encontrar un mínimo rendimiento en las ediciones digitales es total (a pesar de que las audiencias han experimentado incrementos muy notables); las campañas publicitarias de Semana Santa se han esfumado; no hay fútbol ni espectáculos ni cultura… y lo peor de todo es que unas redacciones diezmadas, con sus núcleos duros descompuestos y un exceso de novatas/os, mal organizadas y peor pagadas, se han visto sobrepasadas por el aluvión (y ojo, que llegan los ERTEs). El fenómeno se refleja en los diarios más relevantes, dond

Cosas que ocurren en tiempos de pandemia

Antes de nada, dejadme dar algunas explicaciones. Porque hemos dedicado el fin de semana a facilitar la legibilidad del blog, mejorando la resolución y aumentando el interlineado, tal y como bastantes lectores nos habían sugerido. De eso se ocupa el administrador, Jorge Ezquerra Monge, que ahora también se afana en incorporar nuevas secciones, básicamente para dedicarlas a sugeriros otros artículos, vídeos o lo que quepa colgar. Por lo demás estamos encantados, porque en unos pocos días hemos recibido ya tres mil visitas. Así que nos disponemos a seguir publicando un artículo diario, siempre en relación con el propio Estado de Alarma, sus repercusiones, el debate público y posiblemente algunas reflexiones sobre la relación entre la actualidad y el pasado reciente de España, que destacaremos con el epígrafe “Quiénes fuimos”. Y os recuerdo que aquí, en la propia portada del blog, tenéis mi libro, “La segunda oportunidad”, que podéis descargar a voluntad. Para los mayores de sesenta añ