Dibujos animados: el ratón Feijóo se fue a por el gato Sánchez


Nada fue como se esperaba. Nada mas empezar, el cara a cara se convirtió en una de esas películas de dibujos animados en las que un animoso ratón sale de su madriguera dispuesto a amargarle la vida al gato. Desmintiendo el argumento previsto, el roedor Feijóo se fue al ataque y el felino Sánchez empezó a sufrir mazazos, sartenazos y toda clase atropellos. Ni se lo creía. Al todavía presidente del Gobierno no le habían preparado bien para encarnar su papel de solvente gestor capaz de surfear con notable éxito una pandemia terrorífica y los efectos de una guerra en el Oriente europeo. O él no supo acertar con el tono, o en Moncloa su equipo de asesores falló de la manera más absurda. Y no es la primera vez que se da esta situación. Anoche, el comité de campaña del PP les dio una lección a sus oponentes "socialmonclovitas". Yo veía aquello y pensaba, cabreadísimo, ¿pero qué clase de incompetentes asesora a Pedro Sánchez?

Para castigar y anular a su oponente, el ratón Feijóo uso como instrumentos contundentes todos y cada uno de los argumentos elaborados y desarrollados por el brazo mediático de las derechas. Ya se sabe: el gato Sánchez es mentiroso, mal español, aliado de los golpistas y filoterroristas, administrador ineficaz, la ruina económica, el desastre... Y así salió a relucir el repertorio habitual, desde las maletas venezolanas a la carta marroquí, desde la Ley del sí es sí hasta el hackeo del teléfono presidencial y la traición a los saharauis. De remate, un golpe de efecto supuestamente espectacular: la oferta, en documento escrito, de un acuerdo para que gobierne España el más votado, propuesta inservible -cómo vas a gobernar en mayoría relativa con la anuencia de tu adversario, cómo sacarás adelante leyes, presupuestos y todo lo demás, ¡por favor!-. Fue suficiente para sacar de punto al presidente, obligado a pasar a la defensiva, salvo en algunos momentos, cuando parecía que iba a imponer la lógica de que él ya ha sostenido la marcha de España cuando caían chuzos de punta, mientras su contrincante no es capaz ni de esbozar una alternativa para el futuro inmediato.

Feijóo manejó todos los datos trucados habituales, todas las fakes al uso, para intentar demostrar que la economía va fatal. Pero no se sacó ningún as de la manga. Todas sus cifras de mentira ya venían siendo munición habitual de la artillería mediática conservadora. ¿Cómo es que Sánchez no estaba listo para parar los golpes y pasar al contrataque exigiendo al del PP que especificase su proyecto para el empleo, las pensiones, el sostenimiento del Estado de Bienestar, la transformación del modelo económico, la transición energética...? ¿A qué vino sacar a relucir el Falcon y a Txapote, metiéndose el solito en el marco discursivo del otro? Y menos mal que ahí estaba el fantasma de Vox y sus pactos con el PP para recuperar algo de terreno e igualar la pelea.

Me adhiero al fallo de quienes dicen que Feijóo no ganó el debate, sino que lo perdió Sánchez. Es curioso: el evento solo atrajo a menos de seis millones de espectadores. Muchos menos que en otras citas semejantes. Entre eso, y el hecho de que el jodido ratoncito dejó demasiados rastros de su voluntad reaccionaria, antifeminista y antisocial, es de suponer que tras el cara a cara los bloques electorales seguirán donde están.

Aún hay más cosas increíbles: a lo largo del debate, la pandemia y la invasión de Ucrania apenas fueron vistas fugazmente y de refilón. El gran desafío global que plantea el cambio climático y sus efectos, que ahora mismo golpean a una España reseca y sobrecalentada, ni llegó a mencionarse.

En fin, lo dejo. No quiero desmoralizarles. Pero las cosas son como son. Por eso sigo alarmado. Y espero que quienes leen este blog, también, Más nos vale a los españoles normales ir a votar el 23-J y hacerlo con cabeza, calculando y determinados a impedir que nos devuelvan a los a los Sesenta del siglo pasado. Aunque que Sánchez y Yolanda Díaz no estén demasiado clarividentes, peor será que se nos coman los ratones.

Comentarios

  1. Los clarividentes vamos a tener que ser nosotros, los votantes, a su pesar. Y, de verdad que los asesores de Sánchez no son un submarino del PP?

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  2. El ratón estaba en su ratonera y como es un ratón muy chulo iba con la lección muy aprendida. No pasa nada, sólo es una representación teatral llena de falsedades.
    Sanchez tampoco es Dios, y menos un mafioso.
    Vamos a ganar y les va a joder mucho.

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  3. En cualquier etage de Speech & Debate estadounidense se estudia la técnica del gallup Gish, que es el embarrado que le hizo Feijoo a Sanchez. En esad lides se doctors cualquiera que quiera ir para politico, mientrad aqui nos asombramos como parte xe la alergia que tenemos a hablar en publico con un poco de formacion especifica. No hubo raton ni gato alguno, sino el despertar de unos catetos a vo en lo que hsy que mejorar

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